Un vuelo relajante después de un día ajetreado. Salí hacia Izaña a las cinco y media. Las tardes son ya más largas y a las 7 cuando despegue de Izaña quedaba más de una hora de luz. El mar de nubes cubría todo el Valle y por mucho que lo atraviese nunca deja de impresionar. Cambié la zona de aterrizaje, esta vez fue en la playa Martianez. Sobrevolé los hoteles de los OhMenageados. Malatesta no te olvides de correr las cortinas o se te verá el badajo.
¡¡¡Mi casa!!!, debajo del inmenso mar.
Joderrrrrrrrrrrrr
ResponderEliminarY no te dan ganas de coger un poquito de esa "nata" con el dedo y llevártela a la boca?
Eso si es un pastel y no las Monas del lunes de Pascua.
QUE FOTOSSSSSSSSSSSSSSSSSS!!!!!!!
Aun te debo unos enlaces directos, pero todito se andará.
Felicidades maestro.
Rafel
¡Qué miedo!. Algún día aterrizarás en La Gomera, ya lo verás.
ResponderEliminarMonty P.
Maravillosas vistas, sigues entrando en casa a diario, Carmen sigue enganchada y su padre también.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Rafel. Gracias, Jaime.
ResponderEliminarMonty,¡ojalá!