Un vuelo dinámico en ladera, aprovechando la brisa que viene del mar y asciende por la falda de la montaña. Se puede estar horas suspendido en el cielo. Cuando te cansas, te aburres, se hace de noche o ves que hay demasiado viento, te diriges al mar, y giras y giras para perder altura y posarte suavemente en la arena de la playa. Un servidor lo hace muy bien, aunque el instructor me sigue llamando pichón.
Esto fue ayer. Hoy he hecho un recorrido alucinante de 14 kilómetros, desde Izaña al Puerto de la Cruz. He pasado de una altura de 2200 metros, al nivel del mar. No llevé la cámara y no tengo fotos, pero seguro que este recorrido lo haré otras muchas veces, más relajado, y podré sacar todas las fotos que quiera.
Jaime sufre porque sabe de los peligros, que se multiplican por mil si no se hacen las cosas bien. Jaime, todo está controlado, con instructores en el despegue y aterrizaje, y dirigidos todo el tiempo por radio.
Vaya paisajes más maravillosos, vaya lo que me pica el cuerpo de pensar en los vuelos que te estás pegando. También se que volando siendo tranquilo y con ganas de disfrutar como tu dices de un paseo y con las alas de principiante, tienes que hacer muchas tonterías para que pase algo. Además pronto conocerás todas las características de las zonas de vuelo y los compañeros con experiencia son los que ayudan a no meter la pata por desconocimiento.
ResponderEliminarNunca he tenido un accidente volando ni los compañeros habituales.Volar es muy seguro.
Jaime
Me emocionas, amigo.
ResponderEliminar¡¡¡¡¡¡Qué pasada!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarMonty P.